
MÁLAGA HA MUERTO
Lo decimos quienes continuamos sobreviviendo en su área geográfica y los medios: cada día, la prensa local confirma con datos reales y contrastados este hecho, en contraposición a los relatos sesgados de su municipalidad, instituciones y lobbies.


Sin embargo, aún nos queda una última carta: la de ejercer la libertad de creación y expresión como deber ciudadano informativo para alertar, amigablemente, a desconocidos sobre la trampa distópica en la que Málaga se ha convertido.
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